Cuando decimos «debe de hacer frío» estamos
lanzando al aire una suposición, una mera posibilidad. Cuando quitamos el «de», expresamos una idea distinta y casi contraria: necesidad y
obligación. Así, podríamos decir «debe hacer frío para practicar el curling». Nos referimos entonces a una condición
forzosa. Digamos que el verbo «deber», sin la preposición «de», se vuelve mucho menos tolerante.
Por tanto, no tienen mucho sentido oraciones como «dentro del aula los alumnos deben de portarse mejor» o «debería
de comprarse una moto para ir a trabajar». En esos casos sobra la «de» porque, al margen de que nos hagan caso o no, estamos
manifestando que consideramos esas acciones como obligatorias.
Ja, ja, veo que compartes (o casi) mi desconcierto sobre el curling. Y para que veas que no te miento, te enlazo una entrada mía de hace ya ¡ocho años!
ResponderEliminarhttp://zeroneuronas.blogspot.com.es/2005/04/vueltas-y-vueltas.html